miércoles, 24 de junio de 2020

LA CABEZA DEL GRAN CAPITÁN


    Hace mas de 40 años cuando era solo un niño me imaginaba el futuro en una visión optimista y esperanzadora, en la que el genero humano, aprendía de sus errores para construir una sociedad avanzada que nos llevara a lejanas conquistas científicas y técnicas, en mi mente dibujaba el hombre a la conquista del espacio, me veía yo mismo en el futuro en el espacio o cerca de él.


    Tras 5 décadas España no ha llegado en absoluto a ningún objetivo resaltable a nivel estratégico, podríamos afirmar que una transición envidiable y un régimen de las autonomías que ha incrementado el gasto público más del 113% del P.I.B, algo ruinoso para cualquier país decente en la orbita europea, se puede decir, que si ha llegado a donde ha llegado nuestra nación ha sido en base al gasto. No quiero desviarme de mi propósito, prosigo.


    Muchos ciudadanos se devanan los sesos para buscar una solución a esta debacle económica, social y política a la que nuestra patria se ve abocada, una debacle por la que ya hemos pasado en otros tiempos, teniendo ejemplos de solución del pasado en nuestra olvidada y atribulada historia ninguna que no pase por el trabajo y el sacrificio.


    Pero al contrario que cualquier otro país en el mundo, España se obstina en destruir su pasado, unas veces conscientemente, otras de forma inconsciente. Un pasado glorioso, ejemplo de la civilización, de la cultura humana universal, ejemplo encomiable de sacrificio y lucha.


    Al hilo de todos estos pensamientos, cualquier conversación que se precie de culta, entre compañeros de trabajo, de familiares o de amigos, viviendo la situación tan critica que vive España, no es de extrañar que se compare entre personajes políticos, militares o eclesiásticos de tiempos pasados con los contemporáneos, no sin percatarse de las profundas diferencias éticas o morales que estos tienen, sin que provoque hilaridad y sin que no surjan sonoras carcajadas entre los contertulios.


    En el crisol de estos parlamentos un día se comentó la figura de D. Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado por sus hombres el Gran Capitán, y de cómo la nación olvida injustamente a sus hijos hasta el limite de la noche de los tiempos, recuperándolos para denostarlos o criticarlos, sin ningún criterio científico sino con el de la mas burda ideología, textualmente duermen el sueño de los justos.


    Sin mayor dilación pasaré a hablarles de D. Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado El Gran Capitán nació en Montilla, un pueblo a unos 40 Km de Córdoba capital en 1453, hijo segundo del señor de Aguilar, D. Pedro Fernández de Aguilar, se educó con esmero hasta llegar a servir con un gran cargo en la corte de los Reyes Católicos de los que fue un fiel servidor en diversos campos de batalla.


Retrato del Gran Capitán. Eduardo Carrió. 1878. Museo Nacional del Prado


    Su carrera militar lo convierte en un militar de éxito, poliglota hablaba varios idiomas, entre ellos el árabe con fluidez, se distinguió en su actuación durante la rendición de Granada ya que convenció a Boabdil a rendir Granada y a abandonarla sin lucha para entregarla a los reyes católicos, corre el año 1492 donde comienza para España una nueva época histórica, la Edad Moderna que casi todos los que cursamos la EGB podemos recordar de los libros de texto, esa nación moderna que se anticipa como modelo en el resto de Europa.


La rendición de Granada | Francisco Padilla

    Pero lo que mas fama le granjeo fue la guerra de Italia, en la cual resaltó su leyenda, por su nobleza en el campo de batalla, finaliza la Edad Media, como hemos dicho comienza la Edad Moderna, la guerra cambia con las armas de fuego, la artillería, el mosquete, se crea la figura del tercio, infantería, los tercios españoles que marcarían la hegemonía militar española en Europa por más de 3 siglos, es el Gran Capitán su artífice, su creador(1).

Guerra de Granada 1482-1492

Guerra italiana de 1494-1498

Ostia 1496

Atella 1496

Cefalonia 1500

Guerra de Nápoles (1501-1504)

Ceriñola 1503

Garellano 1504

                                                               Hechos de armas mas significativos del Gran Capitán

Gonzalo Fernández de Córdoba observa el cadáver del Duque de Nemours en el cuadro de Casado del Alisal(1866)

    Su comportamiento y su ejemplaridad hizo que la nobleza italiana, francesa y hasta el mismo papa de Roma le tentará para tomar para si títulos nobiliarios lo que desato envidias y odios en la corte española provocando las represalias del rey católico, muerta ya su valedora Isabel I de Castilla, la mala leche de sus paisanos, hizo que el rey lo llamara a consejo, lo llevo a España, prohibiéndole ir a la guerra y finalmente D. Gonzalo pide de forma disciplinada al rey marchar a Loja donde viviría hasta su muerte, allí fue blanco de la envidia, el escarnio y de la murmuración que es el mal más antiguo que en España impera, que tampoco distingue ni de regiones ni de lenguas.


«Doscientos mil setecientos treinta y seis duros y nueve reales en frailes, monjas y pobres para qué rogasen á Dios por la prosperidad de las armas españolas.

Cien millones en palas, picos y azadones.

Cien mil ducados en pólvora y balas.

Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar á las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.

Ciento sesenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas en el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.

Cincuenta mil ducados en aguardiente para la tropa en un día de combate.

Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.

Un millón en misas de gracias y Te Deum al Todopoderoso.

Tres millones en misas para los muertos.

Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y...

Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino.»

                                        Las famosas cuentas del Gran Capitán que entran dentro de la leyenda

    Finalmente pasados los años y enfermo marcha a Granada donde fallece el 2 de diciembre de 1515 a los 62 años de edad, donde fue enterrado entre 200 estandartes y banderas, 2 pendones reales y las insignias que a los turcos ganó en Cefalonia, para recordar a todos sus triunfos y sus glorias, y el sentido dolor de pueblo y la monarquía española.


         Lapida de la tumba del Gran Capitán (Cortesia Tomas Esteban)


      Traducción del texto de la lapida

GONZALI FERNANDEZ DE CORDOVA
QVIS-PROPIA-VIRTVTE-MAGNI-DVCIS NOMEN PROPIVM-SIBI-FECIT OSSA
PERPETVAE-TANDEN-LVCI-RESTITVENDA-HVIC-INTEREA-LOCVLO-CREDITA-SVNT.
GLORIA MINIME CONSEPVLTA

"Los huesos de Gonzalo Fernández de Córdoba que,
con su gran valor, se apropió el sobrenombre de Gran Capitán,
están confiados a esta sepultura hasta que al fin
sean restituidos a la luz perpetua.
Su gloria no quedó sepultada con él”.



    Pero no acaba la historia aquí de este principal héroe español, que como el Cid, no se deja de hablar de él ni después de muerto, porque tuvieron que pasar mas de 300 años para que el enemigo que tantas veces venció ultrajara su cadáver inerte.


    Durante la invasión napoleónica que sufrió España durante principios del siglo XIX, las tropas gabachas cometieron grandes desmanes y destrucciones en el patrimonio español, lo que le granjeo el odio del pueblo aun más visceral si cabe, se puede resaltar como detalle la vandalización y el saqueo de la Basílica de San Isidoro de Sevilla en León(2), o como citamos la tumba de D. Gonzalo en Granada, así como muchos otros templos y monasterios en España.


        General Horace Sebastiani de la Porta

    Fue en 1810 cuando las tropas de la “Grandeur”, en el marco de la guerra de la independencia, huyendo de la derrota, pasaron por Ganada, al mando del General Sebastiani, los militares franceses con mucha “igualite”, “egalite” y “fraternite” profanaron el monasterio de San Jerónimo, donde se hallaba la tumba del El Gran Capitán y como en otros templos españoles, convirtieron las capillas en cuadras, robando obras de arte, quemando mas de setecientos estandartes ganados al enemigo y descolgando la replica de la espada de nuestro héroe de la pared, el propio general Sebastiani, como un “talibán” del presente, decapitó la momia del que algunos definieron como el guerrero mas noble, generoso y puro que haya pisado la tierra, obstinación esta la del hombre que quiere vencer a un hombre muerto para cambiar la historia ¿a qué me suena esto en el siglo XXI?.


    Los restos del hombre que hacia más de tres siglos había sometido a las tropas francesas en Nápoles quedaron esparcidos y revueltos por la cripta entre excrementos de las caballerías francesas y los restos de sus familiares, siendo la cabeza, el único miembro del cuerpo que nunca volvió a aparecer, fue la prudencia de un monje granadino la que permitió rescatar los restos resguardándolos en su casa.


    No termina el periplo viajero de estos restos, por que deambularon de Granada a Madrid , de esta ciudad de vuelta a Granada donde actualmente yacen de nuevo, donde se creía que descansarían en paz, aunque finalmente tras unos estudios respaldados por el gobierno andaluz, estos restos que ocupan la tumba de San Jerónimo no pertenecen ni a nuestro héroe ni a su familia.


    Queden estas torpes lineas escritas con trabajo como un recuerdo, un grito de reivindicación de la figura de este gran militar español, andaluz y montillano de pro, que fue D. Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado con orgullo por su hombres El Gran Capitán, que de haber nacido en otras tierras, hubiera sido respetado, recordado en obras literarias, películas, efigies y seria ejemplo para las generaciones venideras, pero como nació español, católico y lucho por un imperio que sentó las bases de la civilización occidental, sus restos vilmente profanados están sin identificar, yacen en una tumba en un antiguo monasterio que se deteriora a pasos agigantados, su cabeza, desaparecida desde hace siglos se exhibirá en alguna sala secreta de algún palacio francés o arrojada en alguna cuneta de un camino, pasará a formar parte de esa hermandad de soldados españoles, que sirvieron con honor y que yacen muertos con tumba o sin ella a lo largo y ancho del mundo, porque como dice el titulo de un libro de Antonio Manuel Villegas González, no hay, “Ni un pedazo de tierra sin una tumba española”.



CITAS

(1) El Gran Capitán es el creador del ejercito profesional español, la infantería cuya importancia había disminuido durante la reconquista frente a la expansión de la caballería, paso a ser de nuevo la base del ejercito, los arcabuceros y las tropas de infantería se reorganizaron según los modelos suizo e italiano.

(2) Basílica de San Isidoro de Sevilla en León, en el panteón real de los reyes castellanos y leoneses, los soldados se entretuvieron en disparar sobre la veleta del campanario de la iglesia, en su museo se encuentra esta, con los plomazos en ella, entre otras barbaridades se exhumaron los cadáveres de los monarcas castellanos los amontonaron en un claustro de la cripta y pusieron a abrevar los caballos en sus tumbas.




Bibliografía:

P. CELSO GARCIA. Agustino; El Gran Capitán, colección LOS GRANDES HOMBRES; Edit Araluce; Barcelona; 1955.

José Antonio Vaca de Osma; EL GRAN CAPITAN; Edit Espasa Calpe, S.A.; Biografias; Madrid 1998.


Jose Manuel Morales; Los restos del Gran Capitán; articulo en internet, Diario Cordoba; Cordoba 2017

https://www.diariocordoba.com/noticias/zoco/restos-gran-capitan_1183127.html


Nueva Enciclopedia Larouse; Edit. Planeta, Madrid: 3904; tomo octavo; 27 vóls.

Enciclopedia, Personajes de la Historia de España; Edit. Espasa Calpe S.A., Madrid: 819 a 820; tomo sexto; 14 vóls.

1 comentario:

  1. Gracias por este gran trabajo recordando a uno de nuestros héroes y además nos unen a el vínculos territoriales cordobeses.
    Leerlo ha sido una mezcla de orgullo y frustración.
    Un saludo desde Collado Villalba.
    Rafa Baños.

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